Los electroestimuladores son aparatos utilizados para la electroterapia, que consiste en el alivio de dolencias a través de la aplicación de ligeras corrientes eléctricas transcutáneas sobre zonas musculares afectadas, mejorando su recuperación.

Esta suele ser la técnica de electroterapia más utilizada, por su bajo coste y versatilidad a la hora de aplicar tratamientos, ya sea en una clínica o en la comodidad del hogar.

Cuáles son los beneficios de la electroestimulación

El principal beneficio que tiene la electroestimulación que podemos destacar es que la electroestimulación aumenta la activación muscular mejor que el ejercicio tradicional, pudiendo estimular una mayor cantidad de fibras musculares. Esto permite que sea ampliamente utilizada en rehabilitación, el tratamiento del dolor, la recuperación muscular y la prevención de lesiones.

Dónde colocar los electrodos en la electroestimulación

Los electrodos de electroestimulación se deben colocar correctamente para obtener el máximo beneficio. Los electrodos se tienen que colocar cerrando el músculo que queremos tratar, por lo que los situaremos en ambos extremos del músculo. Para aplicaciones monofásica, el electrodo activo se tiene que colocar sobre la zona donde se siente el dolor.

Cómo colocar los electrodos de electroestimulación

En caso de querer tratar los músculos superficiales, los electrodos tienen que colocarse de forma que estén en paralelo con las fibras del músculo que va a recibir el tratamiento, si, por el contrario, queremos tratar los músculos más profundos, estos se tienen que colocar en una posición transversal. La zona donde se colocan los electrodos tiene que tener la piel intacta, sin heridas y reacciones cutáneas, en caso de ser así lo mejor es optar por otro tipo de colocación.

Cómo conservar los electrodos de electroestimulación

Para garantizar que los electrodos duren el mayor tiempo posible, lo más recomendable es comprar aquellos que tengan gel hidrófilo incorporado, y procurar que este no se desgaste, para eso, no toques directamente la parte adhesiva con los dedos. Después de cada sesión, retirarlos con cuidado y lávalos con un paño húmedo y sin pelusas, después vuélvelo a colocar sobre la lámina de plástico en el que venían. También recomendamos que los guardes en el frigorífico en la parte más baja.

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