Prevención ante el frío: articulaciones
Cuando hace frío, nuestros músculos se contraen, haciendo que las articulaciones se tensen y se vuelvan más rígidas. Responsable de numerosas lesiones y molestias que se producen en las articulaciones cuando llega el otoño y que se agudizan en invierno, impidiendo que podamos movernos con total normalidad. Pero además, es el motivo por el que muchas personas deben llevar una ortesis, para evitar que el frío termine dañando sus articulaciones. Especialmente cuando sufren de algún tipo de enfermedad o dolencia crónica relacionada con las mismas.
De hecho, con el descenso brusco de las temperaturas, aumentan las consultas de reumatología. Debido al frío, las articulaciones se resienten y podemos notarlas algo rígidas debido a la contracción de los músculos y tendones que las rodean. Y si ya hemos sufrido una lesión anterior en la zona, padecemos artrosis o tenemos antecedentes de fracturas de huesos, el dolor de las articulaciones se vuelve más fuerte.
Por esta razón, ante la llegada del frío es necesario que protejamos nuestras articulaciones, para evitar que el dolor aumente y esto nos impida hacer vida normal. Los músculos no se encuentran de la misma forma cuando hace calor o frío, por lo que es importante que adquiramos una serie de buenos hábitos para evitar lesiones graves.
1. Llevar una dieta equilibrada
Como ya sabes, la alimentación es fundamental para que nuestro organismo reciba la energía necesaria y todo funcione correctamente. Muy importante también a la hora de prevenir lesiones articulares. Además de comer bien, debemos evitar la retención de líquidos que suelen traer aparejadas enfermedades como el reuma, la artritis o el exceso de ácido úrico. Para evitarlo, elimina de tu dieta en todo lo posible los alimentos ricos en purinas y apuesta por todos aquellos alimentos que te ayuden a eliminar líquidos y toxinas. En este sentido, las infusiones de cola de caballo o cualquier tipo de té también son muy buenas.
2. La gelatina: un gran aliado de las articulaciones
La gelatina posee un alto contenido en glicina y prolina, dos aminoácidos que intervienen de forma activa en la construcción de las estructuras conjuntivas del cuerpo humano que se ocupan de la formación de las articulaciones. Además, la gelatina es rica en colágeno, uno de los principales componentes de los tendones. Gracias a ello, conseguirás tener unas articulaciones más fuertes y resistentes. Así que, ¡a comer gelatina se ha dicho!
3. Haz deporte
Además de llevar una buena alimentación, es muy importante mantener activas nuestras articulaciones. Aunque muchas veces no encontramos tiempo para nada, es fundamental que no descuides la práctica deportiva, ya que el movimiento articular que hacemos durante el ejercicio ayuda a fortalecer los músculos y mejora la circulación de la sangre en estas zonas. Si no tienes mucho tiempo, al menos intenta salir a pasear o a correr media hora al día para que tus articulaciones no terminen oxidándose.
4. Aísla las articulaciones del frío
Es muy importante que nuestras articulaciones se mantengan alejadas del frío, especialmente si salimos a la calle en pleno invierno a hacer deporte, que es cuando tendemos a descuidar el mantenimiento del calor corporal. El hecho de hacer deporte nos mantiene calientes, pero al terminar, la temperatura de nuestro cuerpo baja y las articulaciones pueden resentirse ante los cambios bruscos. Utiliza calentadores y prendas pegadas al cuerpo, como las confeccionadas con neopreno u otros materiales similares. De esta forma, además de mantener la articulación sujeta y evitar malos movimientos, te ayudarán a conservar una temperatura homogénea durante toda la actividad. En este sentido, las ortesis también son una excelente opción, especialmente si ya padecemos de algún problema en las articulaciones.
Si sigues todos estos consejos, lograrás mantener tus articulaciones en plena forma durante el invierno ys erán capaces de afrontar las sesiones intensad de entrenamiento. Y es que, aunque muchas veces no seamos conscientes de ello, nuestras articulaciones son muy frágiles, especialmente cuando llega el frío, ya que la presión que deben soportar es más alta.